rolloEl rollo jurisdiccional se alza en la plaza, frente a la iglesia de San Mamés y a la fachada principal del palacio del Marqués de Revilla. A su alrededor se impartía justicia en procesos públicos y se ejecutaban las penas.

El rollo de Navares es una sencilla columna poligonal que se levanta sobre una basa con perfil de gola en el centro de una tosca grada de piedra. Es posible que falte algún elemento de remate, pero por su aspecto ha de ser uno de los más antiguos de Segovia.

Según comenta Alfredo Martín Bartolomé en su meritorio libro sobre la historia del pueblo, la primera mención escrita del rollo aparece en la escritura de venta de la villa a don Cristóbal de Barros y Peralta y ya se encontraba en el emplazamiento actual. Los rollos jurisdiccionales eran columnas de piedra que comienzan a construirse a finales del siglo XIV o principios del XV. Son el símbolo de jurisdicción de un lugar, en este caso la villa de Navares de las Cuevas, o del señorío que se ejercía sobre él. La justicia se administraba junto al rollo, cuya verticalidad significaba seguridad, firmeza y poder. Además de en Navares y otros pueblos segovianos, existen rollos en Álava, Ávila, Badajoz, Burgos, Cáceras, Ciudad Real, Guadalajara, León, Madrid, Palencia, La Rioja, Salamanca, Santander, Soria, Toledo, Valladolid y Zamora.

A partir del siglo XV los rollos comienzan a usarse en Castilla también como picotas, de tal forma que este término acaba por imponerse en la tradición popular. Así, en el rollo de Covarrubias puede leerse: "Venid a mi, malvados, que yo os daré vuestro merecido". Se exhibía a los delincuentes que cometían delitos tales como aumentar el precio del trigo y otros alimentos básicos, vender carnes, pescado y vino en mal estado, por engañar con el peso, por falsificar moneda, por usar trucos en el juego o incluso por secuestrar niños para mendigar.

Las primeras noticias escritas del uso institucional de las picotas es del reinado de Alfonso X el Sabio, a finales del siglo XIII. El reo era sujetado por brazos y cuello y el pregonero anunciaba su exposición en días de mercado, cuando más concurrido se hallaba el lugar.